Una marca importante

En la cruz hay Esperanza, esa es nuestra marca

3/29/20243 min read

Nos acostumbramos a estar rodeados por marcas que indican el valor, costo y calidad de las cosas. Nuestras familias llevan en si, una marca imborrable con un significado trascendente.

Casi que al mismo tiempo de enterarnos o recibir a nuestros hijos con diagnóstico sentimos como si nos colocaran una gran X en la frente, justo en el lugar más visible de nuestras familias generando una turbulencia máxima al comienzo del proceso, hasta que ya empezamos nuevamente a tomar control.

Hemos sido educados culturalmente para que todo marche bien o mal pero con los estereotipos adecuados, pero cuando estos estereotipos de familias no se ajustan al común, nos cuesta tiempo tener que acostumbrarnos.

Cómo padres a veces sentimos que la vida de nuestros hijos representa una X en el ámbito social ya que muchas veces nos sentimos juzgados o cuestionados por lo que hemos tenido que asumir como familias, pero también representa una CRUZ eterna.

Nuestros niños se convierten cada día en esa dependencia extrema y directa a nuestro padre celestial, que precisamente dentro de su soberanía permitió que nuestros hijos con un diagnóstico sean ese pilar de FE y AMOR en nuestras familias. Dios escogió la forma de manifestarse en nuestros hijos y mantenerse real en nuestra vida diaria con ellos.

Y Él me ha dicho: Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. 2 Cor 12:9

Solo si así lo escogemos, cómo familias podemos tomar la decisión de permitirle a esa gran X que sentimos en la frente muchas veces, inclinarse un poco y ser esa CRUZ que nos conecta con Jesús.

Es en la CRUZ donde reconocemos cuan vulnerables podemos llegar a ser, pero así mismo cuan valioso es el propósito por el cual nuestras vidas así como Jesús cuando fue crucificado, pueden llegar a ser ese acto de supremo dolor pero también del máximo amor por otros.

Nuestros hijos y los procesos que cómo familias afrontamos son probablemente los más dolores pero también generan el amor más puro, genuino y confortante para nuestros hijos y los que nos rodean.

La cruz fue la expresión máxima de dolor y amor a la vez. Nuestros hijos son nuestra Marca o Sello de nuestra vulnerabilidad pero también de nuestra fuerza y gran determinación para sobreponernos!

Luego de pasar por los valles más oscuros y dolores, cuando nos aferramos al unico Dios, saldremos adelante, viendo el mejor panorama para nuestras familias: Las x que se habrán convertido en Cruzes con un propósito único y hermoso.

Aprovechamos en este tiempo de reflexión por la crucifixión y resurrección de Jesús, el percibir en medio de nuestras vidas esa marca tan invaluable que ha dejado Jesús para aquellos que decidamos, reconocer nuestros pecados, creer, confiar y vivir una vida de encuentros permanentes con Él. Porque en la Cruz es en el lugar donde nos podemos encontrar con el Salvador cada día.

Las familias tienen diferentes caminos que pueden llegar a transitar dentro de los procesos con sus hijos, pero al haber experimentado unos cuantos, puedo reafirmar que el verdadero camino al padre es Jesús, y cuando abrazamos su Cruz también aceptamos y abrazamos su perfecta voluntad para nosotros. Y esto último, si que nos hará sentir plenos y vivir para un fin importante y eterno.

Y Jesús decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su acruz cada día y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, este la salvará.

Lucas 9:23-24

Por Lizeth Liñan