Reflexión sobre la muerte y resurrecion de Jesús

Hoy reflexionaremos sobre la crucifixión y resurrección de Jesús.

Todos conocemos esta historia que nos conmueve y nos estremece a su vez, ya que representa una historia de dolor, pero también de salvación y victoria para nosotros.

Algunas similitudes de la historia de Jesús con la nuestra:

- Una madre sorprendida cargando en su vientre un ser único y super especial.

- Un hijo diferente, incapacitado para pecar.

- Una madre que acompaña, cuida y vela hasta la muerte a su hijo amado.

- Un hijo que fue elegido para cumplir un propósito doloroso pero que traería salvación a los demás.

A pesar de las similitudes, esta historia no puede ser comparada con otra ya que es única e irrepetible. Pero, si nos permite colocarnos al lado de un escenario de reflexión que nos invita a ver a nuestros hijos dotados para cumplir un propósito especial.

Un propósito es definido como el sentido o la intención por lo cual es generada una acción o acontecimiento. Nuestros hijos son intencionalmente escogidos para darnos un sentido real y eterno de las cosas. Y sin duda, este propósito trasciende por encima de nuestros deseos para ellos, y toca a todos aquellos que se encuentre por el camino de amor y dolor que tengamos que atravesar.

Nuestros hijos también cargan un gran peso de victoria. La historia de Jesús, nuestro Salvador, no finaliza en la cruz lastimado, humillado y crucificado, sino también resucitado, restaurado y en victoria para siempre

Cuando Jesús resucita, no solo cumple una promesa de reconstruir su propio templo, sino que también nos llena de una Esperanza que nos invita cada día a confiar y creer en los planes de Dios que, aunque nos lleven por senderos dolorosos y confusos muchas veces, finalmente, así como a Jesús, también obtendremos la victoria que El ganó por nosotros en esa cruz: La eternidad.

Una eternidad que es ignorada hoy en día por desconocimiento o desconfianza, pero a todos nos tocará algún día llegar a esta etapa de la vida, pero solo los que creen en Jesús y su gran obra redentora, son los que podrán disfrutar de tan majestuosa Eternidad.

"Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos". Apocalipsis 7:16

Un lugar perfecto, sin limitaciones, sin diagnósticos, sin medicamentos, terapias, médicos, clínicas, etc. Un lugar que empezamos a anhelar cada día más cuando colocamos TODA nuestra fe y Esperanza en JESÚS.

"Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más". Apocalipsis 21:4

Hoy, al recordar esta historia esta gran historia podemos llegar a algunas conclusiones:

-Nuestros niños también nos darán victorias perfectas. Y no siempre se tratará de nosotros, porque los planes de Dios son eternos yestán por encima de los nuestros.

-Pensar en la eternidad, me debe hacer preguntar a mí mismo, si ya he acetado en mi vida a Jesús como Señor y Salvador y todo lo que eso represente.

-El dolor no es sinónimo de fracaso o error. Así como para Jesús representó un propósito eterno, viviendo en su carne un gran dolor físico, también para nosotros, nuestros hijos llevan con ellos mismos un propósito eterno y de salvación para nuestras familias.